domingo, 11 de marzo de 2007

CON LOS OJOS VENDADOS









No hace mucho tiempo, los medios de comunicación tomaron una nueva postura jerárquica dentro de la sociedad, convirtiéndose en el cuarto poder, con el fin de contrarrestar la supremacía del legislativo, judicial y el ejecutivo.

Hoy por hoy parece que la labor del periodista al igual que la de los medios masivos de comunicación se ha ido desdibujando, pues predominan más los intereses económicos y políticos de grandes monopolios que el hecho de transmitir una información veraz e imparcial.

Ante esto, cabe preguntarse que le depara a nuestra sociedad, una sociedad que tiene los ojos vendados, que a diario se le vulnera uno de sus derechos fundamentales, el de la información (art 20 Constitución Política Colombiana).

Desafortunadamente nos encontramos en un hábitat bajo el influjo de la censura de prensa, donde difícilmente cualquier compatriota puede expresar libremente su pensamiento sin correr el riego de morir por ello.

Que triste y desalentador se puede tornar el hecho de saber que en nuestro país el poder radica solo en tres grandes medios masivos de comunicación y que éstos manipulan la información a su antojo, caso tal el de RCN, quien hace gala de su tendencia Uribista y por ende trata de que en sus emisiones nunca se vea perjudicada la imagen del presidente.

Para no ir tan lejos y que esto no quede en simples afirmaciones quisiera traer a colación el caso de el TLC pues mientras los gobiernos Estadounidense y Colombiano se encontraban efectuando las charlas vísperas de firmar este tratado, el canal RCN mostraba su apoyo incondicional a todo lo que efectuase el presidente y de igual forma le hacia propaganda al TLC con el fin de influir en el público, muchas veces ingenuo, que se deja engañar de lo que dice la televisión. Pero no solo RCN, es el único vasallo de Uribe, pues que decir del diario El Tiempo, que últimamente parece se dejo contagiar del Uribismo.

Pero el problema que realmente me preocupa es la censura de prensa que existe en nuestro país, pues se supone que nos encontramos en una Nación democrática, donde la libre expresión debe reinar, pero aquí ello solo esta escrito en las páginas de la Constitución Colombiana de 1991, pues no se hace efectiva en la práctica.

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